Hogaza de pan casero.

Aquí os traigo esta fantástica hogaza de pan con un olor riquísimo, del libro «Un verano en Sicilia». Es una receta fácil pero muy laboriosa, sin embargo altamente gratificante. Además ni que decir, que lo que estamos comiendo no tiene ningún aditivo ni nada que no sea natural.

Os animo a que lo intentéis y que no os desaliente el que lleve tantos pasos. Tomarlo con relax y sin prisa. Algún fin de semana de los que están por venir. De esos fresquitos y grises dónde solo apetece quedarse en casita calentito y luego como no, disfrutar de nuestra hogaza, una rodaja de nuestro pan recién hecho, regado con un buen aceite de oliva y sobre este, lascas de jamón serrano de Teruel (me chifla el sabor que tiene este jamón), a esto añadimos un buena peli y planazo asegurado para un día gris al que teñimos de color.

Dificultad: Media (aunque es fácil en realidad, aquí solo tenéis que tener paciencia a la hora de amasar y de los tiempos de fermentación, deciros que si vuestra casa es muy fría os aconsejo que esperéis hacer esta receta cuando empiece el buen tiempo y haga más calor, de lo contrario tardará más en fermentar)

Vamos al lio.

Ingredientes:

400 gr. de harina normal.
400 gr. de harina 000 (harina de fuerza).
25 gr. de levadura fresca de panadero u 8 gr. de levadura seca (no vale la clásica de Royal, en el envase tiene que poner levadura de panadería).
Entre 450-500 ml. de agua tibia.
Una cucharada de sal.

Empezaremos por poner todos los ingredientes secos en un bol y poco a poco le vamos echando el agua. La cantidad de agua dependerá mucho de la harina que uséis, no todas absorben la misma cantidad de líquido. La idea es ir echando poco a poco hasta conseguir una masa que se pegue un poquito en las manos (esta textura es la ideal). Una vez hemos conseguido esto, lo dejamos reposar un par de minutos.

Después de ese tiempo comenzaremos amasar, la masa veréis que se pega un poco a las manos y a la mesa (no mucho) pero según vayamos amasando el gluten se irá desarrollando y dejará de pegarse. Amasamos durante unos 15 minutos.

Pasado ese tiempo, tendremos ya una masa suave y elástica, la guardamos en un bol y la tapamos con un paño húmedo. La dejaremos que fermente durante 2 horas o hasta que doble su tamaño. Esto dependerá de la temperatura ambiente que tengamos (a más frío más despacio y a más calor más deprisa).

Cuando haya doblado su tamaño, la sacamos del bol procurando no manipularla demasiado para intentar conservar el aire que tenga. Con cuidado hacemos unos pliegues, dicho de otro modo, cogemos la masa por los extremos y la traemos al centro de nuestra masa. Esto lo hacemos con toda la masa. Con esto conseguiremos tensionarla y prepararla para su segunda fermentación.

Una vez realizado esto, ponemos en un trapo limpio y seco (de lino o similar que no sea de hilitos), bien de harina, lo metemos en un recipiente más estrecho y ponemos en el nuestra masa con la parte de los pliegues hacia arriba (es decir, la parte fea). El recipiente será algo más grande que nuestra futura hogaza, esta hará que no pierda su forma en su segunda fermentación. La tapamos con el paño y dejamos de nuevo fermentar hasta que vuelva a doblar su tamaño.

Una vez doble su tamaño ya la podemos hornear. Precalentamos el horno a 220º con la bandeja dentro. También pondremos en la parte inferior del horno un recipiente resistente al calor. Cuando el horno esté muy caliente colocamos nuestra hogaza sobre papel de horno, le hacemos unos cortes en la parte superior realizando un cuadrado, espolvoreamos sésamo y metemos nuestro pan con el papel de horno, en la bandeja que ya estaba dentro.

Echamos también medio vaso de agua al recipiente que habíamos puesto en la parte inferior dentro del horno. Esto generará vapor y así conseguiremos que nuestra hogaza tenga una corteza crujiente y brillante.

Lo dejaremos 20 minutos aproximadamente. Si vemos que toma demasiado color le podemos poner un papel de aluminio encima para que no se queme la corteza. Transcurrido ese tiempo lo dejaremos enfriar en el mismo horno.

¡Ya tenemos nuestra recompensa! Una fantástica hogaza de pan casero que huele que alimenta.