Seguimos con la novela de Isabel Allende, El amante japones, y os pongo en situación para al final dar paso a la receta que os voy a preparar.
Estamos con Kirten, la ayudante de alma en el taller de pintura. Ella necesita la seguridad emocional que le ofrece Alma, rutinas y afectos, mientras nada de eso cambie ella es feliz.
Vivía en una estancia «encima del garaje de su hermano y su cuñada y era mimada por sus tres sobrinos que había ayudado a criar».
En los días de trabajo ella actuaba siempre de la misma forma, cogía un autobús que la dejaba a dos calles del taller, allí ella abría con su llave, ventilaba la estancia y limpiaba, luego se sentaba en la silla de director que llevaba su nombre, la cual le habían regalado sus sobrinos por su cuarenta aniversario, en ese momento abría su mochila y se comía el sándwich de pollo o atún.
Después preparaba todo, las telas, las brochas… y ponía agua a hervir para el té, así esperaba a Alma con los ojos abiertos puestos en la puerta.
Pues bien, esa será la receta que os prepare, en este caso un sándwich de pollo, pero no pollo de cualquier manera, una carne mechada de pollo que se os hará la boca agua cuando lo proveéis.
Una respuesta a “Seguridad emocional.”