Rinascere, renacer, preciosa palabra que implica tanto. Implica morir, sufrir,angustiarse… todo eso para dar paso al renacer, porque sin todo eso, no obtendremos el resto, la gloria.
Y que ocurre cuando estás en las puertas,? cuando sabes que estás risorgendo, resucitando, pero todo va más lento de lo que quisieras?
Todos nos impacientamos a la hora de resuscitare, de resucitar. Pensamos que igual que fue la caída en picado, el renacer será de la misma forma pero a la inversa. No pensamos que en el camino juegan muchos factores, hechos que nos van recomponiendo, pegando los trocitos que se nos rompieron y obstáculos, sí, en la escalada a la cima tambien hay vallas, no es que así sean, es como así las vemos. Somos seres complicados y como tal nos complicarnos la vida, nos gusta buscar la dificultad a las situaciones, porque claramente, no estamos acostumbrados a dejarnos llevar y ver la cara positiva de las cosas.
Esas vallas en el ascenso, son situaciones o personas que necesitamos para que la llegada a la cima sea gloriosa. Porque, cuantas veces hemos escalado y una vez que crees que has llegado te das cuenta que aquella emoción que esperabas tener, la que te llenaría el pecho hasta sentirlo que puede explotar de tanta alegría, resulta que llega y no lo sientes, es como abrir una botella de champagne, esperar que las burbujas broten todas de golpe y sin embargo esa botella simplemente no tenía gas. En ningún momento pensamos que algo obviamos en el camino, Recapitulamos mentalmente y nos vemos centrados única y exclusivamente en nuestro ascenso. Sí, que tuvimos vallas en el camino, pero como tal las vimos, y por consecuencia, las saltamos, porque en nuestros planes solo tenemos una cosa, llegar a la cima, pensando que no nos hace falta nada más que las ganas de ascender, y esas ganas son importantísimas, sí, pero la vida nos pone esas «vallas» para que las analicemos y saquemos provecho de ellas, para que cuando lleguemos a la cima, sintamos que no nos coge el corazón en el pecho de tanto gozo.
Por eso, paciencia, veamos esos obstáculos como situaciones de enriquecimiento, si se nos presentan, es por algo, nunca es en vano. Aprovecha la vida, pero no como nos enseñaron, sino desde dentro, sintiéndola, escuchando. Tu alma no se equivoca, porque tu alma ya lo ha pasado.