Y así de esta cautivadora novela Una semana de invierno, os propongo algo que nuestra anfitriona cocina con gran frecuencia para sus huéspedes. Se trata de los scones, unos panecillos individuales típicos de la cocina de Reino unido y Escocia, son muy comunes es desayunos y meriendas y bien pueden ser salados o dulces. Muy fáciles de preparar, muy esponjosos y ligeros, pero sobre todo rápidos, perfectos para hacer en cualquier momento, o ante algún improvisto, no dejarán ni uno.
Vamos adentrarnos en la escena…
Estamos en la vida de Winnie, uno de los huéspedes del hotel. El amor de su vida, Teddy, un hombre encantador al que adora y la adora, pero que sin embargo tiene una madre, Lillian, un tanto acaparadora que hace todo lo posible por espantar literalmente a cualquier mujer que se atreva a poner ni tan siquiera un ojo encima de su amado hijo.
Llegó el día del almuerzo que había preparado Lillian (ambas mujeres ya tuvieron la oportunidad de conocerse y todo resulto para Winnie de lo más desastroso, como fue de esperar, la madre de Teddy la hizo sentir totalmente fuera de lugar y emitiendo claras señales de «a mi hijo ni te acerques»), en la reunión los amigos de la anfitriona resultaron ser muy amables que contrastaba con el trato que recibía de Lillian, sin embargo su hijo no se percataba de nada, deseaba que esas dos mujeres tan importantes en su vida llegaran a ser buenas amigas.
Winnie evitaba por todos los medios tener que encontrarse cara a cara con aquella mujer y tener que volver aguantar impertinencias, eso sí, muy sutiles, pero no fue lo suficientemente rápida en levantarse cuando vio que ella estaba demasiado cerca. Y así fue que no le quedó más remedio que lidiar con Lillian. Como era de esperar la conversación era un aluvión de críticas mal intencionadas y un propósito, dejarla en evidencia, Teddy que la vio a lo lejos decidió acercarse a las dos mujeres. La madre estaba en ese momento preguntando a Winnie si le gustaba viajar y si tenía algún plan al respecto, a lo que a ella le vino de maravilla y le pudo soltar que si, pasar una semana en Stone House, Lillian mostraba interés,» -Tiene buena pinta, de verdad, ¿y con quien piensas ir?…»Winnie sin cavilar dijo «…estaba pensando en Teddy…añadió valiente como una leona y bueno también animada un poco por la bebida. ¡Teddy!! -Lillian parecía tan alarmada como si acabara de escuchar el nombre de un criminal de guerra internacional- ¡Qué estupenda idea! exclamó Teddy!. Pero el asunto empezó a complicarse cuando Teddy entusiasmado propuso el ir los tres. Aquello es estaba convirtiendo en una pesadilla para Winnie no podía creer que aquella semana fantástica que planeó, se estuviera convirtiendo en su peor pesadilla, no solo él propuso ir los tres sino que para colmo la fecha en la que ella habia echo la reserva coincidía con la semana de conferencias de Teddy, así pues ante tal imprevisto el propone que vayan ellas dos juntas como unas vacaciones con una buena «amiga. Ninguna de las dos mujeres quería defraudarlo y aceptaron de mala gana, pero eso sí, sin que se notara nada.
El día llego y la señora Starr las esperaba en el portal, las recibió con amabilidad, cogió las maletas y las condujo hasta una amplia cocina muy acogedora donde sobre la mesa reposaban unos scones calientes, mantequilla y mermelada . Y en un extremo de la sala ardía una chimenea de leña…..tal como aparecía en la fotografía del folleto….
El viernes publicaré la receta para que os pongáis en situación del todo.