Qué gran título para un fantástico libro de Jorge Bucay y Silvia Salinas. Un libro que para mí es de esos que tienes en la mesita de noche, y que tienes para consultar siempre que te creas confundid@.
A mi este libro me encontró, me estuvo esperando largo tiempo hasta que llegara el día indicado en que yo lo viera. Lo sé, suena muy raro que un libro te busque y te espere a que tu logres un día en concreto, encontrarlo. Y es que no creo en las casualidades, ya hace mucho que aprendí a que las cosas pasan cuando tienen que pasar y nada de lo que nos sucede es azar. Y este libro se me presentó justo en una etapa de mi vida muy importante.
Sincronía, así lo define el libro …..sincronización de los hechos. » Solo cuando el alumno está preparado aparece el maestro»
Y ahora después de terminarlo y llenar sus páginas de marcadores, se va de mi lado. Ya cumplió su misión en mi, y fue la de darme otro punto de vista a todo lo que nos es enseñado a través de los años. Ahora seré yo quien lo busque en las librerías para tenerlo como libro de «vuelta al camino». Porque hay cosas, enseñanzas tan fuertes, que nos han machacado tantos años, que cuesta eliminarlas, cambiarlas por algo totalmente distinto. Y resulta necesario, al menos en mí caso, el poder volver a releer esas innumerables líneas marcadas, para volver a reconducir lo que ya leíste la primera vez.
El enfocarse en uno mismo cuando algo no nos gusta del otro, analizarnos si prejuicios y siendo sinceros con nosotros mismos, nos abre una puerta, con infinidad de respuestas. Ante todo, nos enseña a trabajar el desapego, esa fantástica palabra que hace unos meses resonaba en mi cabeza como si fueran campanadas, y yo me negaba a oír, pero que una y otra vez se hacía presente cada vez con más frecuencia hasta que no me quedó más remedio que escuchar.
No fue fácil, desprogramarse una misma y sin embargo la única manera de hacerlo era esta. Solo uno mismo puede hacerlo, por más ganas que las personas que te quieren quisieran hacerlo por ti, no se puede. El cambio se produce desde dentro y a ese punto solo puede llegar uno mismo.
Y merece la pena, ya lo creo, recuperas las riendas de tu vida. Pero ojo, no solo por conseguir llegar quiere decir que ya no tienes que trabajar más en ello. El trabajo será constante, la vida es un aprendizaje continuo, pero una vez llegas la primera vez ya solo queda mantenerlo, y eso ya no es una cuesta arriba, es más bien un mantenimiento propio el cual te da una satisfacción enorme verte desde ese punto. Ayudarte a entenderte, a quererte, hace que por una acción recíproca quieras y entiendas mejor a los demás.» ……Enamorarse es amar las coincidencias, y amar, enamorarse de las diferencias….«
Desde una mente libre de prejuicios y reproches, donde aprendes que el desapego no significa querer menos, sino querer más. Donde la libertad empieza por la que nos damos a nosotros mismos, no la que creemos que nos quitan.
«…….Amarse con los ojos cerrados es amarte ciegamente. Amarte mirándote de frente sería una locura…. Yo quisiera que me amaran con locura…..»