El miedo nos paraliza, nos deja fuera de juego, nuestro cuerpo tirando solo, y eso no funciona. Entonces surge el arrepentimiento, y nos fustigamos a nosotros mismos, y eso tampoco nos lleva a buen punto. Permitimos, que el, que ese miedo lleve el control de las situaciones a las cuales no nos atrevemos hacer frente. Nos auto engañamos, nos saboteamos, porque el miedo no nos deja ver qué hay detrás de ese velo, y el no saber, no nos da los mejores pensamientos, sino que nos invade de dudas eternas y situaciones inverosímiles, pero que, en ese momento, en nuestra cabeza, tiene todo el sentido del mundo, aunque ello suponga pensar que puede venir un dinosaurio y fastidiarnos el plan.
Todos sabemos que es lo mejor para nosotros, que es lo que realmente nos hace felices, porqué de eso trata la vida, de ser feliz, nada hay más importante, esa es la base de nuestra existencia. Ser feliz, pero feliz de verdad, porque esa plenitud hace restar importancia a otros estados, porque la felicidad nos da fuerza, nos da alas para volar donde queramos.
Dejemos atrás la duda de que pasará, y veamos qué pasa, porque si de verdad lo sientes dentro, no te equivocarás. El miedo, no es malo, tan sólo son pequeños avisos para que estés atento a todo lo que a tu alrededor acontece. Entonces párate, sopesa, y elige lo que realmente te hace feliz. No escribas la historia antes de los acontecimientos, pues te estarás perdiendo la vida, tu vida.
Muy cierto. Al final los miedos son los que nos impiden ser felices porque por ellos muchas veces no hacemos lo que realmente queremos o necesitamos
Me gustaLe gusta a 1 persona