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Ese perfume secreto…

Seguimos con nuestra novela «El perfume secreto del melocotón», vamos a ponernos en situación…

Nos encontramos en casa de Armande donde ahora se aloja Vianne y sus hijas, Alyssa también se encuentra con ellas. Alyssa no se encuentra muy receptiva pero, aun así, Vianne decide integrarla haciendo algo común con todas, recolectar los melocotones maduros del melocotonero del patio. Tal proposición sacó de ella el destello de una sonrisa en su solemne carita, «… Esto me recuerda a mi abuelo -dijo- . Le gusta cultivar cosas. Tiene un caqui cerca de su casa; solo ha dado frutos una vez, pero lo cuida como si fuera su único hijo. Esa era la frase más larga que le habia oído decir Alyssa hasta entonces.

«…¿Te gustaría echarnos una mano? le preguntó Vianne. vamos hacer mermelada de melocotón…» » es una receta muy sencilla. Tenemos todo cuanto necesitamos: azúcar de mermelada (ese azúcar que lleva pectina para que la mermelada cuaje), un cazo de cobre, frascos, canela….y melocotones, claro»

Una vez hecha «…la metemos en frascos hasta que llegue el invierno. Me miró de inmediato.  – ¿El invierno?  -Claro. Yo no estaré aquí- dije-. Pero la mermelada sabe mejor en invierno, cuando las noches son largas y el aire es helado. cada frasco que abres es como abrir un poco de mermelada de sol…»

Y así, como no podía ser de otra manera dando honor al título de nuestra novela de hoy, voy a preparar una rica mermelada de melocotón aprovechando que ahora están en su momento óptimo.

¡¡¡Pero nosotros no podemos esperar al invierno a probar este suculento manjar!!

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